Cuando el entrenador Park Jong-Han descubrió el talento de Sanguk Oh en la escuela secundaria, se planteó convencer a sus padres para que lo dejaran seguir entrenando. Aquella decisión tuvo su premio mayor cuando este sábado, el coreano venció al tunecino Fares Ferjani, 15-11, para sumar su primer oro olímpico individual en el sable.
El exalumno de la escuela secundaria Maebong en Daejeon volvió a estar en lo más alto del podio, aunque esta vez fue solo. En Tokyo 2020 lo hizo, pero como parte del equipo de Corea del Sur, que derrotó a Italia en la final; también ha sido campeón de la Copa del Mundo en cinco oportunidades.
Para llegar a la final, Oh tuvo que derrotar a Evann Girault, de Níger, 15-10 a Ali Pakdaman, de Irán, y 15-13 a Fares Arfa, de Canadá. En el combate por la semifinal, el asiático dejó por fuera al italiano Luigi Samele, medallista de plata en la edición de Tokyo 2020 con un puntaje de 15-5, inobjetable.
Pero el cuarto sablista del mundo se encontraría de frente con una de las sorpresas del torneo, el tunecino Fares Ferjani. A pesar de tener solo 27 años, el nativo de Cartago compitió en sus terceros Juegos Olímpicos y, además, eliminó en semifinales al gran favorito, el egipcio El-Sissy con un puntaje de 15-11.
Sanguk Oh demostró por qué lo apodan “el monstruo”
Ferjani, campeón de los Juegos Africanos en 2019, logró colocar el combate 5-4 en el primer período, pero una corrida de 7-0 en favor de Sanguk Oh le dio la ventaja al coreano. A pesar de que el tunecino regresó para marcar seis putos corridos, cuando su rival estaba en 14, no pudo hacer la épica y coronar la remontada.
“El monstuo”, como le apodan a Oh por su estatura, le dio a la familia otro motivo para seguir amando la esgrima, toda vez que su hermano mayor Sang-Min Oh, también fue parte de la selección coreana y participó en el Campeonato Mundial del 2014.
Park Jong-Han, aquel entrenador de secundaria, puede presumir que puso la primera piedra en el “proyecto Sanguk Oh”.
En la competición, el campeón de Tokyo 2020, el húngaro Áron Szilágyi, se despidió temprano. El de Budapest, que se fue en la ronda de 32 al caer frente al canadiense Fares Arfa 15-8, venía de ser campeón también en Londres 2012 y Río 2016, por lo que pretendía ganar su cuarto oro consecutivo.
En la lucha por el bronce, el italiano Luigi Samele dejó fuera del podio al primero en el ranking de la FIE, el egipcio El-Sissy 15-12.
Sablistas latinos se despidieron con la frente en alto
La legión latinoamericana tuvo en el argentino Pascual Di Tella y el mexicano Gibrán Zea los primeros embajadores en el sable y ambos lograron superar una ronda.
Di Tella comenzó derrotando a Francois Cauchon de Canadá 15-13 en la ronda de 64, pero en el apartado de 32 le tocaría un duro escollo, el egipcio El-Sissy. El africano tuvo que sudar para derrotar al también poeta y músico argentino, a quien despachó 15-11.
El mexicano Gibrán Zea también logró superar la ronda 64 en la que derrotó al iraní Mohammad Fotouhi 15-13. El empuje del manito llegó hasta la fase de 32, en la que cedió frente al número dos del ranking FIE, el georgiano Sandro Bazadze, con puntaje de 15-6.