Detrás de la careta es una nueva sección de TouchéWorld que busca presentar una ficha técnica ampliada, más directa y cálida, de los atletas. La estrenamos con esta entrevista exclusiva al atleta venezolano Rubén Limardo, flamante portador de oro olímpico en esgrima desde Londres 2012, orgullo de los venezolanos y de los americanos todos. Agradecemos su generosidad al otorgarnos esta oportunidad. Sabemos que ha estado muy ocupado con su formación como árbitro, su participación en los campamentos de entrenamiento para entrenadores y atletas venezolanos auspiciados por la Fundación Rubén Limardo, con su propio entrenamiento para las competencias que tiene por delante hasta llegar a las Olimpiadas de Rio 2016, y con la atención a la nueva miembro de su joven familia: su primera hija de pocos meses de nacida.
TW: ¿Cuál es tu nombre completo?
RL: Mi nombre completo es Rubén Darío Limardo Gascón.
TW: ¿Tienes algún sobrenombre?
RL: ‘Rubenosky’, pero también me dicen ‘Oreja’ y ‘Orejón’
TW: ¿Lugar y fecha de nacimiento?
RL: Ciudad Bolívar, Estado Bolívar, Venezuela—el 3 de agosto de 1985.
TW: ¿A qué club perteneces actualmente? Sabemos que formaste parte de la delegación de Venezuela en las Olimpiadas…
RL: Bueno, antes representaba al Club Piast Gliwicede Polonia, pero actualmente estoy representando a un club italiano, que se llama Club Scherma Acireale de Catania. El presidente de este club siempre nos ha apoyado y en esa oportunidad me necesitaba para unos eventos y, como yo no estaba ya participando con el club aquí en Polonia, me uní a ellos para apoyarlos en lograr que clasificaran para los campeonatos europeos de clubes. Sin embargo, parece que no lograron la clasificación. En este momento estoy solicitando permiso de este club italiano porque me encuentro en negociaciones con un club israelita que ya clasificó para las competencias de clubes europeos y me contactó para que participara con ellos porque les falta un atleta para completar su equipo.
TW: ¿Cuál es tu altura?
RL: 1 metro 83 centímetros más o menos.
TW: ¿Y cuánto pesas?
RL: Debo estar pesando ahora unos 89 kilos… Estoy un poco pasado de peso. Tengo que bajar unos cuantos kilos, quizás unos cuatro o cinco. Yo solía mantenerme en un peso estable, de entre 85 y 87 kilos.
TW: ¿Eso afecta el desempeño?
RL: Si, puede influir un poco. Lo más deseable es estar un poco más atléticos, pero tanto mi hermano [Francisco Limardo Gascón, también esgrimista destacado] como yo somos de contextura ancha y a veces nos pasamos… Sí, es necesario cuidar el peso.
TW: ¿Cuál es tu arma?
RL: Espada. Comencé con florete cuando era un niño, pero desde los trece años cambié para espada.
TW: ¿Qué mano?
RL: Comencé con la derecha, hasta que a los doce o trece años tuve una fractura que me dejó impedido para usar la mano derecha, pero me gustaba tanto la esgrima que continué practicándola con la zurda y, bueno, ¡funcionó!
TW: Que maravilla la adaptabilidad de los niños, ¿verdad?
RL: Bueno, creo que me ayudó que ya yo escribía con la izquierda; aunque para todo lo demás era derecho, escribía solo con la izquierda.
TW: Entonces ya eras zurdo…
RL: No, solamente para escribir. Todo lo demás lo hacía con la derecha. No podía hacer ninguna otra cosa con la izquierda, solo escribir.
TW: ¿Cuánto tiempo te tomó recuperarte, regresar al punto donde estabas antes del accidente?
RL: Fue rápido. Alrededor de un año y medio más tarde ya había recuperado mi nivel.
TW: ¿A qué edad comenzaste a hacer esgrima?
RL: Comencé con la esgrima alrededor de los 8 años…
TW: ¿Quién te motivó? ¿Tu madre?
RL: Si, pero quien más empujo fue mi tío [Ruperto ‘Chicho’ Gascón, su entrenador], que había llegado a Venezuela luego de graduarse en Ucrania (Kiev) y, bueno, no tenía con quién trabajar y comenzó a trabajar conmigo, con la familia…
TW: ¡Y ya vemos el resultado de ese comienzo!
RL: ¡Y lo que falta! Estamos haciendo un trabajo excelente aquí [en Polonia] con otros muchachos a través de la fundación [la Fundación Rubén Limardo]. Recientemente trajimos unos entrenadores a un curso—éramos once personas, entre ellos Silvio Fernández, Benry Martínez, Kelvin Cañas, Windy Hernández, José Pastor Escobar, estábamos todos. La verdad es que aprendimos muchas cosas de las que no teníamos ni idea. Pensábamos que sabíamos de esgrima, ¡pero nos dimos cuenta de que no sabemos nada! Yo tengo una medalla olímpica en esgrima, pero aun así te digo, ¡me di cuenta de que no sabía nada!
TW: Qué maravilla. Son muy importantes esas experiencias para enriquecerse, para crecer… Tienes la fortuna, sin embargo, de que tu tío y entrenador es un gran conocedor de la esgrima.
RL: Así es. Esa es su especialidad. Eso fue lo que estudió. Ante la opción de estudiar ingeniería, que fue lo que lo llevó a la URSS de entonces, y dejar de practicar la esgrima por ello, decidió dedicarse a estudiar Educación Física y especializarse en esgrima—allí encontró su verdadera vocación. Él es un vivo ejemplo de lo que podemos lograr cuando dedicamos nuestro esfuerzo a lo que nos motiva verdaderamente.
TW: Cierto. Chicho Gascón es, sin duda, una persona singular y ejemplar como personaje del deporte y como venezolano. Ahora dinos, Rubén, ¿cuánto tiempo le dedicas a tu entrenamiento?
RL: Bueno, desde hace mucho tiempo, mucho antes de Londres, entrenábamos más de cuatro horas diarias. Desde hace unos tres años aproximadamente modificamos el entrenamiento y ahora entrenamos seis horas diarias, prácticamente dedicamos todo el día a entrenar. Desde que llegó la psicólogo tenemos una jornada muy fuerte. Estuvimos buscando un psicólogo durante mucho tiempo y conseguimos esta persona excelente que quiere colaborar con el equipo. La jornada diaria comienza con ella a las 8:00am. Luego entrenamos esgrima unas tres horas a tres horas y media, seguidas, de 9:30am a 12:30pm. A esa hora cada quien se va a su residencia. Algunos preparan comida para los que no tienen cocina en sus apartamentos. En la noche retomamos el entrenamiento de 7:30pm a 9:30pm. Así es la jornada de entrenamiento en este momento.
TW: Toda una jornada laboral…
RL: Pues si… es un trabajo, y en noviembre nos llega un grupo que va a comenzar a estudiar. Primeramente aprenderán el idioma polaco, en un curso de nueve meses, y luego cada quien va a su universidad a cursar la especialización. Nos estamos preparando para eso. También yo retomaré en algún momento mis estudios. Este año no pude inscribirme porque estamos muy atareados también con el entrenamiento para los Juegos Olímpicos [de Rio] que exige mucho tiempo, pero estoy ya mentalizándome para después de que terminen los juegos olímpicos, cuando me voy a preparar para Tokio, porque quiero hacer otra carrera para aprovechar el tiempo.
TW: ¿Tiene tiempo de descanso Rubén Limardo?¿Cuántas horas de descanso tienes?
RL: Casi siempre el descanso que tenemos es el de la noche. En el día hay cosas que hacer. Algunas veces me acerco hasta aquí, hasta mi casa, y procuro tener un tiempo con mi esposa, con mi niña (Gaby Isabella nació el 6 de julio del 2015), eso es importante para mí. Aunque esté cansado, en ocasiones le propongo a mi esposa ir a caminar, visitar un centro comercial. Me gusta estar con ellas. Considero que es importante dedicarle tiempo a mi familia. El descanso es prácticamente en la noche, de 11 o 12 de la noche hasta las 5 de la mañana, cuando tengo que levantarme de la cama para comenzar a prepararme para la jornada que comienza con la sesión de terapia y dinámica de grupo con la psicólogo, seguida del entrenamiento.
TW: ¿Gaby te deja descansar?
RL: Bueno, hoy falté a la terapia porque se despertó alrededor de las cinco de la mañana queriendo jugar, ¡que le habláramos! Si no le hablaba, comenzaba a llorar, a quejarse. Tuve que cargarla y caminar con ella para que no llorara, para que no despertara a los parientes nuestros que están de visita. A los quince minutos se durmió y yo pude dormir otro rato, pero ya no tenía ánimo para irme a la terapia tan temprano. Ella tiene su carácter: ¡Tiene que ser ella primero siempre!
TW: ¿Tienes una dieta, una alimentación especial pre-competencia? ¿Qué comes antes de una competencia?
RL: Yo no tengo una dieta especial para antes de las competencias. Procuro comer de manera saludable, cuidar lo que como. Aunque soy goloso–me gustan mucho los dulces, las golosinas–las evito al máximo para mantener el peso deseado. Durante las competencias, bueno, tenemos ya un profesor que nos indica lo que debemos comer, que nos indica lo que no debemos comer–alimentos muy condimentados que den poca energía y sean difíciles de digerir, por ejemplo. Comemos durante ese tiempo más cereales, más alimentos que nos den energía para las competencias.
TW: ¿Cuáles son los oponentes que constituyen el mayor desafío para Rubén Limardo?
RL: Te puedo decir que son pocos. Uno es el francés Ulrich Robeiri, con quien me he enfrentado en varias oportunidades, ganando hasta ahora solo una vez en eventos por equipo, pero todavía no en individuales. En individuales hasta ahora no he podido ganarle, me ha ganado él unas tres veces. En realidad no estoy muy pendiente de quién me tocó o no, porque a fin de cuentas la esgrima es un deporte de combates tanto individuales como de equipo, y debemos entrenarnos para ganarles a todos. Algún día me tocará ganarle a Robeiri. No se me ha hecho fácil. He estado a punto de hacerlo en varias oportunidades pero, bueno, se me escapa el combate y pierdo en muerte súbita. Son cosas que pasan. Es un buen espadista, como lo soy yo. Ambos tenemos arma y brazos y piernas, y ambos podemos ganar.
TW: ¿Cuál es el personaje que más admira Rubén Limardo?
RL: Difícil. Mi entrenador es uno de ellos, por todas las cosas que me ha enseñado en el deporte: los principios, los valores, la disciplina; y mi mamá, una persona reconocida en mi ciudad natal como una luchadora, como una guerrera. Ellos son, fundamentalmente, los personajes de quien tomo ejemplo, los personajes que sigo. Sigo los principios y valores que ellos nos han enseñado, y me puedo considerar que yo soy un tipo de persona como ellos, pero me falta mucho por aprender para llegar a donde ellos llegaron.
TW: ¿Escuchas música para entrenarte? ¿Qué tipo de música escuchas?
RL: La verdad es que hace algún tiempo que no escucho música… ¡quizás porque el aparatico que tengo no me ayuda mucho! El tipo de música que más escucho cuando entreno es la música electrónica, la música techno, que es la que me estimula la adrenalina, la que asocio más con el deporte y me ayuda a visualizar las cosas que quiero lograr, pero escucho todo tipo de música: romántica, reggaetón, llanera… cualquier tipo de música, no tengo una preferencia. Cuando limpio mi casa, por ejemplo, puedo escuchar cualquier tipo de música, me adapto a la que sea.
TW: ¿Tienes algún hobby, algún pasatiempo?
RL: Si, si tengo. En mi tiempo libre, me gusta pescar. Procuro hacerlo cuando estamos de vacaciones en Venezuela durante las temporadas buenas para la pesca de río. El otro es reunirme de vez en cuando con mis hermanos y mis primos a jugar Play. Es lo que más hago, porque no tengo mucho tiempo libre.
TW: Llevas una vida muy familiar…
RL: Así es. Mis reuniones son siempre más de familia que de amigos. Fuimos criados en ese ambiente. Mi mamá nos acostumbró así y somos una familia grande.
TW: Aparte de las medallas olímpicas, claro, ¿cuáles son los sueños de Rubén Limardo?
RL: Bueno, uno de mis sueños es que pueda lograr una medalla olímpica no solamente para mí, sino para todo el equipo, para todo el colectivo. El otro sueño que tengo es que mi fundación, la Fundación Rubén Limardo, llegue a ser una de las mejores del país y a nivel internacional, que cuente con muchos atletas de alto rendimiento–atletas que de verdad necesiten apoyo, niños que sueñen con lograr las metas que se proponen y sencillamente no tienen los recursos para ello. En verdad, me veo a futuro como una persona siempre trabajando para el deporte, con muchos resultados, creando sistemas en el deporte y llevando toda la experiencia que nosotros tuvimos para que sigamos ganando muchas medallas más en la esgrima.
TW: Tu sueño es facilitar que se realicen los sueños de muchos otros quienes en este momento tienen dificultades para realizar los suyos…
RL: Si. Es un sueño para el país, para Venezuela. Quiero escuchar, cuando sea viejo, «Eso lo creó Rubén Limardo con su fundación y su equipo».
TW: Y así va a ser. ¿Puedes compartir alguna anécdota tuya?
RL: La que me viene a la mente en este momento ocurrió en Londres, cuando recibí la medalla olímpica. Tomé el subterráneo con el equipo y mi medalla de oro. Cuando subí al vagón, unos jóvenes comenzaron a gritar: “¡Miren, es el campeón olímpico!” Nunca imaginé que la gente le diera tanta importancia a eso. Querían tomarse fotos conmigo, con la medalla… No sabían ni quién era yo, ni qué deporte, pero si reconocían la medalla. Mi sorpresa fue al día siguiente, cuando vi las reseñas en la prensa, refiriendo que mientras que a un británico que también obtuvo oro ese día lo habían subido a una limosina, yo había tomado el subterráneo. Me llamaban ‘el atleta del pueblo’ o algo así. Yo solo hice lo que suelo hacer, pero nos habían seguido con una cámara y, bueno…
TW: ¿Cuál ha sido para ti el momento más difícil de tu historia?
RL: El fallecimiento de mi mamá. Ese ha sido el momento más difícil de mi vida. Pienso que la vida nos prepara para muchas cosas, pero no para la pérdida de un ser querido, y menos si ese ser es la madre, por lo que significa esa madre para uno. Es la cosa más difícil que me ha sucedido en la vida, porque no puedo compararla con ninguna otra. Pero bueno, la vida es así y yo creo que es mejor cuando los padres se nos van y no que vean ellos a un hijo morir. A nosotros la vida nos toca así, los padres tienen que morir primero y nosotros debemos seguir hacia adelante. Mi madre ya no está aquí físicamente, pero lo está espiritualmente, la sentimos presente y guía cada aspecto de nuestras vidas. Fue una mujer guerrera, luchadora, que toda su vida apoyó a los jóvenes.
TW: ¿Y cuál ha sido el momento más feliz de tu vida hasta ahora?
RL: ¡El del nacimiento de mi hija! No pude estar con mi esposa ese día, en el nacimiento de mi hija. Tenía compromisos con la esgrima ya adquiridos que tenía que cumplir, y justo ese día tuve que viajar a Europa. La noticia me llegó mientras volaba hacia París. Vi las fotos en París mientras esperaba el próximo vuelo y me puse a llorar de la emoción, de la alegría. Antes de fallecer mi madre le dije que si Dios me daba una hija le daría su nombre, y así lo hicimos, por eso se llama Gaby.
TW: ¿Fue difícil para tu esposa que no pudieras estar con ella en ese momento?
RL: Sí, si… pero ella también es una guerrera y estuvo acompañada de su familia. Fue difícil, claro, pero ella entendió que son etapas de la vida que tenemos que vivirlas y seguir adelante. Menos mal que hice mi parte y regresé con mis dos medallas de oro de Toronto, ¡así que no me dejó afuera con el equipaje!
TW: ¿Cómo se levanta Rubén Limardo después de una derrota?
RL: Mira, con muchos ánimos, analizando lo que sucedió, reparando los errores que se cometieron para no cometerlos de nuevo y, bueno, llevándome siempre un aprendizaje pero con la mente positiva y sabiendo que siempre hay oportunidades. No hay que ‘echarse a morir’ porque se perdió una competencia. En la vida hay muchísimas más y, bueno, solamente hay que tener un objetivo concreto, apuntar hacia las competencias más importantes—y esas son las que hay que ganar.
TW: Si no fueses esgrimista, ¿qué serías?
RL: Mira, no se… No tengo ni idea… Una persona común y corriente, trabajando, con un sueldo normal, quizás con tres hijos ya, a esta edad…
TW: ¿Cuál es la frase con la que te identificas?
RL: Con “guerrero”, con “victoria”, con “luchar”, con “siempre adelante sin rendirse”, … ¡siempre con una frase positiva!
TW: ¿Cuál es tu entrenador favorito?
RL: Mi tío (se ríe), ¡el único que puedo tener en la vida! A pesar de que en algunos momentos de la vida he tenido experiencias con otros entrenadores, solo por algunos meses, para mi Ruperto ‘Chicho’ Gascón es mágico, es de los mejores, es el mejor, es el entrenador que me ha enseñado todo, es a quien debo todo. A pesar de su carácter fuerte, su disciplina… tenemos que aceptar a los entrenadores como son.
TW: Durante el combate por el oro olímpico, cuando te dijeron, “O te llevas el oro o te llevas la plata” y te subes a la pedana, ¿qué pensaste? ¿Cuál fue tu pensamiento en ese momento?
RL: Antes de iniciar ese combate lo que pensaba era que ya en ese momento yo ya había hecho historia, que esa era una oportunidad que me había puesto la vida por delante y que no debía desaprovecharla. Tanto mi entrenador y mi mamá, que en paz descanse, siempre me han dicho que el hombre no puede desaprovechar las oportunidades, que por grandes o pequeñas que sean debemos aprovecharlas. Me di cuenta en ese momento de que ese era mi día, de que esa era mi oportunidad y que tenía que aprovecharla, que como fuera debía lograr esa victoria. Me mantuve muy concentrado en el combate. Lo que me pasaba por la mente era, “Bueno, ya estás al final de la meta, donde querías estar en tu vida. Termina de concretarlo”. En eso me mantuve concentrado siempre, aunque de hecho hacia el final me pegó un poco la ansiedad, porque yo estaba ganando 14-6, un score muy amplio, pero en la esgrima puede suceder cualquier cosa y estuve tan ansioso en buscar el estoque, porque me veía ya con el oro en las manos, que el noruego me hizo cuatro toques seguidos. Pero bueno, con los gritos de Chicho, que estaba allí y pude escuchar en ese momento, me calmé y logré realizar la acción final.
TW: Es impresionante cómo la esgrima es un deporte de mucha mente, de mantenerse siempre cerebral…
RL: Si, si, si… Es muy complicado, y sobre todo la espada requiere de mucha táctica, tienes que analizar mucho, estudiar al contrincante, y es un poco difícil.
TW: Y debes tomar decisiones en milésimas de segundos…
RL: Es así.
TW: Rubén, entre la audiencia que sigue a Touché tenemos niños que están en las categorías infantiles, a nivel de semillero, ¿cuál es el consejo del campeón olímpico Rubén Limardo para todos esos niños que comienzan a practicar esgrima?
RL: Que sueñen en grande, que tengan siempre fija en su mente la meta que quieren lograr en su vida personal y en su vida deportiva, que visualicen siempre eso que quieren, pero que lo visualicen en su dimensión más extraordinaria, que siempre busquen contribuir a la sociedad, hacer historia en algo. Que sueñen en grande, pero con los pies en la tierra…
TL: ¡Gracias campeón!
Por: Calú Pargas Gabaldón.– CEO/Fundador TOUCHÉ EDITORIAL