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Sala de Maestros… Andrés Carrillo (CUB)

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En esta oportunidad ToucheWorld recibe en su “Sala de Maestros” a Andrés Marcel Carrillo Ayala, un cubano amante de la esgrima que desde hace alrededor de siete años combina su experiencia sobre las pedanas con su pasión por la formación, a través de la enseñanza a los más pequeños en el Club Scherma Bari A.S.D. de Italia, donde actualmente se encuentra trabajando como Maestro y atleta.

Andrés Carrillo, nativo de La Habana Vieja, Cuba y quien cuenta entre su trayectoria, con el haber participado en seis campeonatos mundiales, unos Juegos Olímpicos y varios Panamericanos, inició en el mundo de la esgrima tras haber probado en diferentes deportes como el balonmano y la lucha, pero es a los 10 años, cuando conoce el “Deporte Limpio”, tal como lo define el propio Andrés.

El especialista en espada, tuvo una destacada carrera como atleta de alto rendimiento, hasta el año 2010, cuando decide colgar el saco, a raíz de un “trago amargo” que le tocó vivir, pero que hoy solo queda en el recuerdo y que le permitió trascender fronteras hasta llegar a Italia.

“Empecé la esgrima en el año 90 y finalicé mi carrera como atleta en el 2010 con el equipo nacional de Cuba y seguidamente inicié mis tareas como entrenador”, expresa Carrillo, quien espera poder aportar más adelante a la esgrima cubana, a través de la formación de sus jóvenes paisanos.

 

 

TW: ¿Cómo se dio ese cambio de atleta a entrenador?

AC: Sinceramente pensaba ser ingeniero porque mi mamá es Arquitecta y mi papá Ingeniero Naval, por lo que yo siempre era inclinado por la ingeniería, la matemática o la mecánica pero cuando llegó el tiempo de escoger la carrera universitaria, mi entrenador me puso entre la espada y la pared. Me dijo que si escogía una carrera de ingeniería, no iba a tener tiempo para entrenar como alto rendimiento y eso generaría mí salida del equipo nacional, y por eso me decidí por la Cultura Física, que era más afín con lo que estaba haciendo en el momento.

Incluso mi papá me dijo que hiciera la carrera deportiva, que era relativamente corta con respeto a lo que quería vivir y la ingeniería la podía hacer más adelante, ya que a los 40 años podía competir con otros ingenieros, pero a los 40 años no podía competir esgrima de primer nivel.

Además, hubo un comentario que fue decisivo en mi salto hacia la parte docente de esgrima, cuando el entrenador Pedro Enrique -actual entrenador de la espada femenina- me dijo «tu como atleta eres bueno, pero como entrenador vas a ser mejor», eso me motivo por la jerarquía de la persona que me lo decía.

TW: ¿Cómo se da el salto a Europa?

AC: Llegué a Italia el 18 de octubre del 2012 por recomendación de Camilo Bory, ex compañero de equipo. Él sabía que acá en Bari hacía falta un maestro que también tirara, y me recomendó.

Fue así como me contactaron. Me preguntaron si estaba dispuesto a ser maestro de la sala, confieso que me sorprendió por el hecho de ser Italia un país potencia en la disciplina, pero ellos querían uno que impartiera clases pero que aun tirara y de una vez acepte.

TW: ¿Cómo equilibra sus días, entre la esgrima y la familia?

AC: Es dura. Menos mal mi esposa no está escuchando esta pregunta – entre risas-.  Las competencias de esgrima son casi todas las semanas, entonces, los días de semana entrenando y fin de semana de competencia, cubriendo todas las categorías, hace difícil tener tiempo libre, pero uno se adapta.

Son sacrificios que uno hace por lo que le gusta y que además es el trabajo de uno y al final la familia entiende.

TW: ¿Cuál ha sido su momento más memorable dentro de la esgrima?

AC: Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Es una sensación indescriptible. La clasificación fue dura, porque yo tenía 23 años en aquel momento.
No me fue fácil, además que el adversario era mi propio compañero, Camilo Bory, con quien me estaba jugando la plaza para ir a las olimpiadas.

Después de lograr la clasificación, sentí que me quité un peso de encima porque ir a unos Juegos Olímpicos, es el sueño de todo atleta.

 

 

TW: ¿Cuál ha sido el momento más difícil dentro de la esgrima?

AC: La no inclusión mía para la clasificación a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Después de mi participación en el 2004 en Atenas, mi maestro me dice que con 24 años era relativamente joven para hacer espada, ya que esta arma generalmente es para personas experimentadas y realmente los espadistas fuertes en ese momento eran los que estaban muy cerca de los 30 años y yo estaba de acuerdo con ese criterio.

Mi entrenador me dijo que nos prepararíamos para Pekín 2008 y eso me tenía contento porque me darían la confianza. Pasa el año 2005 y fue el año negro para mí. Tanto así que me llegué a cuestionar si la esgrima era para mí.

En el 2006 me repuse, ganando los Juegos Centroamericanos de Cartagena, mientras que en  los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 perdí la final 11-10 ante Rubén Limardo.

Allí, el presidente de la Federación -cubana- para ese momento, Rigoberto Orejón, dice que la espada no se había perdido en 20 años y viene Andrés Carrillo y no es que gana plata, es que Andrés Carrillo perdió el oro.

Se sintieron ofendidos porque había perdido con un muchachito llamado Rubén Limardo, alguien que creo que estaban subestimando y que después demostró ser uno de los grandes del mundo. Incluso hasta yo llegué a cuestionarme porque ellos –Federación- son los que saben.

Pasó el año 2007, fuimos al Mundial y no lo hice mal, pero ellos -Federación- decidieron ir con otro tirador a la clasificación de los Juegos Olímpicos, aún cuando en el 2004 me habían dicho que si lo hacía bien, íbamos por las olimpiadas.

Cuando llegó el 2008, decidieron que otro tirador fuera a las ocho copas del mundo a clasificarse y yo me quedé pensando y preguntándome, por qué no hacíamos como cuando Antenas 2004, que fuimos dos tiradores e hicimos cinco copas cada uno, pero ellos no quisieron por cuestiones de recursos.

Luego yo les pregunto que si el otro tirador no clasificaba en las copas del mundo, yo era el espadista de mayor experiencia, así que podía ir al preolímpico, pero igual no quisieron. Fue una eliminación total hacia mi persona.

Al final no se logró la clasificación a los Juegos Olímpicos del 2008 y con un dolor fuerte, con lágrimas en mi cara, me tocó ver la inauguración desde la televisión.

El hecho de no haber clasificado a esas olimpiadas, cuando sabia que lo pude haber hecho y que podía estar disputando una medalla olímpica, es algo que nunca he terminado de tragar y es una de las razones por las que me he mantenido tirando aquí -Italia-.

 

 

TW: ¿Cómo es la relación de un entrenador con los padres y representantes del atleta?

AC: Es difícil. Porque nosotros vemos las cosas de una manera, y ellos de otra.

Incluso a veces el tono en el que se dicen las cosas. No es lo que se dice, si no como lo dices, eso puede cambiar todo. Hay que ser cuidadoso porque las palabras no vuelven atrás y sobre todo cuando estás en otro país, otro continente, en otra cultura.

Cuando dices algo, tienes que explicarlo varias veces y decirle a alguien que si no está de acuerdo, que venga y diga porque no lo está. Es difícil porque de donde yo vengo, cuando te dicen haz esto, es eso ya.

Por eso acá, es otra forma diferente la relación padre – entrenador. El cambio de cultura fue bastante fuerte al principio.

TW: ¿De qué modo cree que la esgrima trasciende en la vida de los jóvenes?

AC: La esgrima es algo que trasciende hasta la conducta de la persona. Yo enseño la esgrima a niños, a través de juegos, siempre siguiendo un reglamento, el cual deben cumplir en cada momento y ese cumplimento se lo llevan a sus casas.

Por lo menos en mi caso, he visto como la esgrima de una u otra manera, influye en los jóvenes, porque se me han acercado padres, a agradecerme porque desde que están practicando esgrima, el comportamiento de sus hijos ha cambiado para bien.

Así como les enseño que la esgrima tiene sus reglas, la vida también las tiene y por eso hago énfasis, todos los días, en que se tienen que respetar las reglas en cada momento y al final, eso influye en la conducta y actitud de la persona.

 

 

TW: ¿Qué es lo más apasionante de su función?

AC: Ver que uno de tus atletas llega hacer una acción determinada que tu le has enseñado y cuando te mira, ves la cara de satisfacción, como diciéndote, viste que hice lo que habíamos hablado.

Otra cosa apasionante es ver como a veces, un compañero le explica a otro, a pesar que son de la misma edad, determinada acción, tal cual como yo se la pude haber explicado. Eso de verdad me contenta porque ves que hay relevo, que el trabajo que uno hace, no quedará solo ahí.

TW: ¿Cómo ves el crecimiento de la esgrima en el continente americano?

AC: Antes me sorprendía ver un venezolano o un americano, sobresalir en un campeonato mundial o internacional, pero ya estas cosas no me sorprenden porque la esgrima se ha globalizado y el nivel del continente americano se ha alzado de una manera exponencial.

Antes era una hegemonía entre Italia, Francia, Rusia, Hungría. Ahora ya se expande un poquito a países de América, a tiradores de Estados Unidos, a los hermanos Limardos, entre otros.

De verdad que ha sido muy positivo el crecimiento de la familia de la esgrima en América y creo que eso va a ir creciendo cada día más.

TW: ¿Cuál es su mayor sueño como entrenador? 

AC: Mi teoría es que las cosas van paso a paso.  Ahora mismo quisiera tener algunos atletas que me puedan representar internacionalmente. Este es un club pequeño, mi primer sueño era llevar atletas a campeonatos nacionales, y ya lo cumplí.

Ahora quiero que uno de mis atletas fuera a competencias internacionales, circuitos europeos. Más adelante pensaremos en campeonatos de mundo y copa mundiales.

 

“Creo que la esgrima debe ser una asignatura en las escuelas porque este deporte te enseña a cómo afrontar los problemas que día a día nos tocan vivir”, A. Carrillo.

 

 

Por Antonio Vásquez. Lic. en Comunicación Social, Periodista Redactor de Deportes. Jefe de Prensa.– Touché Editorial.

 

 

Foto: Cortesía Augusto Bizzi

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