Erik Gabriel Varas

Nombre: Erik Gabriel Varas

Apodo: “Cuqui” y “Pipo”. Algunas personas cercanas le dicen “Gabi”

Lugar y fecha de nacimiento: Ushuaia (Tierra del Fuego), Argentina, el 12 de enero de 1999 (18 años de edad). Reside en Buenos Aires

Club al que pertenece: Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires

Peso: 70 Kg

Estatura: 1.78 metros

Arma: Florete

Orientación: Diestro

TW: ¿A qué edad iniciaste en esgrima? ¿Quién te inspiro o motivo a iniciarte en la esgrima?

EGV: Empecé a los nueve años de edad. Mi papá siempre me había cultivado los deportes de combate porque era cinturón negro de karate y fue campeón sudamericano de tiro de grueso calibre (pistolas), siempre me había incentivado en la lucha, los deportes, las armas. Arrancó en esgrima ya de grande cuando había dejado lo otro, me acuerdo cuando le llegaron las armas, tendría unos meses en la esgrima y allí empecé yo y me encantó. Supe que era el deporte para mí.

TW: ¿Cuántas horas entrenas a diario?

EGV: Depende del momento de la temporada pero como mínimo dos horas y media y como máximo cinco por día. Los sábados a veces entreno, a veces no porque compito y los domingos casi siempre son libros o sino algo muy tranquilo como correr o algo aeróbico pero es más descanso el domingo.

TW: ¿Cuántas horas de descanso?

EGV: Descanso siempre al mediodía para comer hasta las 3.00 o 4.00 de la tarde y luego empiezo el segundo turno de la tarde. Después de las 9.30 ya me desocupo. El año pasado fue mi último año en secundaria, hice el colegio a distancia y eso me permitía entrenar todo el día y ahora sigo con lo mismo. Voy a empezar la facultad de Economía pero no me va a demandar tantas horas. Van a ser tres o cuatro horas en la mañana nada más y voy a poder entrenar.

 

TW: ¿Cuál es la dieta que llevas, tu preparación previa a las competencias?

EGV: Sí. Mi dieta no es muy estricta, si algo me apetece me lo como, no con mucha frecuencia pero tampoco me limito completamente. Trato de no tomar gaseosa, prácticamente no tomo. Como mucha carne, mucha pasta y también tengo una dieta de suplementos, ingiero proteínas, aminoácidos, glutamina y generador de óxido nítrico. Con el tema comidas, uno trata de comer sano, frutas, verduras, carne, cereales, legumbres. Antes de competir desayuno me gusta comer en la mañana huevos revueltos, una tostada, un café con leche chiquito, más leche que café y luego de eso una fruta cítrica o una banana que me refresque, como barras de proteínas, frutos secos, nueces, siempre manteniéndome hidratado y en la mañana también ingiero la suplementación, energizantes y reactivantes y así me encuentro en mi mejor precondición.

TW: ¿Cuál es el oponente que te cuesta o te la ha puesto difícil en tus años de competencia?

EGV: Muchos. En primer lugar, a nivel nacional con el que vengo discutiendo finales hace muchos años, con el que más compartí es Augusto Servello, somos de un nivel muy parejo, estamos siempre ahí y es alguien que me cuesta y a nivel continental siempre me complicó mucho el chileno Juvenal Alarcón, es alguien que si bien le he ganado varias veces siempre me la pone difícil, que sé que tendré que combatir con un guerrero. Después de eso están los estadounidenses y los japoneses. Los europeos no tanto. Hay que pelear siempre.

TW: ¿Escuchas música para entrenar?

EGV: No. La música me distrae un poco y me gusta estar metido en la competencia, escuchar las armas y eso me focaliza más en la competencia, me gusta estar bien metido en el entrenamiento porque si no como que te vas. La competencia me da más ganas y me activa más.

 

TW: ¿Qué hobbies tienes aparte de la esgrima?

EGV: Me gusta, cuando puedo, volver a Ushuaia, vacacionar allá, voy a pescar, a esquiar, voy a caminar e ir al cine, que también me gusta. Me gusta leer. Eso básicamente.

TW: ¿Qué sueño tiene Erik Varas?

EGV: Como esgrimista me encantaría ganar unos Juegos Olímpicos y como ser humano me encantaría ser un ejemplo como los demás, para mostrar a los chicos que cualquier persona normal como yo, si trabaja duro y se lo propone, puede llegar a eso con sacrificio y constancia

 

TW: ¿Qué anécdota tienes que recuerdes?

EGV: Lo que pasó en la Copa de Tijuana en enero, hace dos semanas, llegué y me enfermé apenas llegué, estuvo con 40 grados de fiebre, después tuve dolor de panza, pasé el peor fin de semana de mi vida, estuve atendido por los médicos de México, llegó el día de la competencia, estaba destruido y dije: voy a hacer lo que tenga que hacer y la mente puede vencer a la materia. Me mentalicé, creí que estaba bien, logré un bronce que fue bastante bueno, muy positivo pero apenas me dieron la medalla me sentía terrorífico, muy mal. Fue graciosa la experiencia porque después de haberla pasado tan mal, tener un final tan positivo fue de película.

 

TW:  ¿Un momento difícil en tu vida?

EGV: El momento más difícil fue cuando tenía 15 años y tomé la decisión de venir a vivir a Buenos Aires. Me vine a vivir solo, tengo una hermana acá con la que vine a vivir pero dejé a mis papás, a mi novia, fue muy duro haber hecho eso por la esgrima, fue difícil pero creo que fue la decisión acertada.

TW: ¿Cuál ha sido el momento más feliz en tu vida?

EGV: Demasiados. Cada día que pasa lo considero más lindo que el otro porque hay que agradecer por estar vivos. En 2016, en el Panamericano Juvenil de Cancún, en el que logramos la medalla de bronce por equipos, eso significó mucho para nosotros porque fue un trabajo de años, veníamos de salir cuartos en 2014 y 2015, de perder por puntos y por fin poder subirnos al podio en un torneo de esa magnitud se sentía espectacular, todos estábamos muy contentos y ahora esperamos que en Cuba podamos lograr la de oro esta vez

TW: ¿Cómo te levantas tras una derrota?

EGV: No me gusta nada perder. A nadie le gusta. Lo positivo que dejan las derrotas es lo que se puede aprender de ellas, igual que de las victorias siempre se aprende. Yo lo que hago es escribir en un diario mis sensaciones siempre después de tirar y después analizo con mis entrenadores si lo pudieron ver por video o en persona, analizamos los errores mentales, físicos o técnicos pero siempre trabajando sobre el error y sobre los aciertos para mejorar

TW: ¿Con qué frase te identificas, filosofía de vida?

EGV: Esas las tengo anotadas. Tengo una de Conor McGregor, es un peleador de artes marciales mixtas. “No hay talento aquí. Este es mi trabajo duro. Es una obsesión. El talento no existe. Somos todos iguales como seres humanos. Tú puedes ser quien quieras si trabajas para ello, para alcanzar la cima y listo. No soy talentoso, soy obsesivo”. Esa frase me encanta porque es una realidad. Lo que quiere decir es que el talento solo no hace nada sino se trabaja fuerte y se es obsesivo por lo que uno hace para mejorar y triunfar de verdad. Con el talento solo no se llega a ningún lado.

TW: ¿Cuál es el entrenador o entrenadores que han marcado tu vida como atleta?

EGV: Mi papá, que se llama Roberto Varas y el otro es Beto Viaggio. Mi viejo es importante para mí porque me inculcó la actitud de guerrero. Siempre me dijo que el éxito no va a venir de la nada sino que va a venir acompañado del sacrificio, la constancia, la perseverancia y el trabajo duro y serio. Siempre me inculcó esa actitud y yo siempre fui disciplinado y ordenado con el trabajo, siempre me esforcé al máximo y soy muy competitivo, una actitud muy necesaria para la esgrima porque, si bien no soy tan talentoso en la esgrima, creo que mi plus es la mentalidad. Soy muy positivo y siempre voy por más. A mi viejo quiero agradecerle y también a mi mamá porque me ha apoyado toda mi carrera. Después mi entrenador también lo considero un amigo, me transmitió todo lo que sabe y toda su experiencia. Tenemos una buena dinámica porque los dos somos tímidos o introvertidos pero cuando tenemos que demostrar en la pista que somos aguerridos lo demostramos. Es mi grupo más cercano. Puedo hablar también de mi preparador físico, que se llama Gustavo Aquilino, un excelente entrenador en el plano físico y otro colaborador que se llama Sergio Lucchetti.

TW: ¿Cuál es tu pensamiento en combate?

EGV: Mi viejo, mi papá, mi mentor, trató de hacerme aguerrido para ir a la lucha y la pelea. Me inculcó el pensamiento del instinto como el que tiene el animal cuando sale a cazar a la presa. Entrar de forma suave y de pronto sorprender y acechar a la presa, cazarla de forma sorpresiva, estar al acecho con instinto, solo pensando en el pecho del otro. Pensar en la estrategia y cuando ves el momento, actuar con instinto, porque tienes que entrar con un plan de combate. Pensar de más se te va la cabeza.

TW: ¿Qué consejos tienes para los nuevos esgrimistas?

EGV: Les diría primero que crean en sí mismos, que sepan que cualquier persona con constancia, dedicación y trabajo duro puede llegar adonde se lo proponga. Es solo cuestión de mentalizarse eso en la cabeza.

 

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