Nombre: Fátima Georgina Largaespada Simont.

Apodo: ‘Fato’.

Lugar y fecha de nacimiento: Puebla, México. El 10 de agosto de 1994.

Club al que pertenece: Fencers Club.

Peso: 60 Kgs.

Estatura: 1.63 mts.

Arma: Sable.

Orientación: Diestra.

 

TW: ¿A qué edad iniciaste en la esgrima?

FL: Pudiera decir que comencé antes de nacer, porque mi mamá compitió en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Puerto Rico de 1993 y ya estaba embarazada de mí – entre risa-.

Pero realmente empecé a los 6 años, quizás un poco antes, porque desde pequeña me cargaban viendo competencias.

TW: ¿Quién te inspiró o motivó a iniciarte en la esgrima?

FL: Toda mi familia, porque yo vengo de la familia Simont, que ha sido legendaria en la esgrima mexicana y pues, desde mi mamá Georgina Simont Zeron, mis tíos Gustavo Simont Zeron, Arturo Simont Zeron, Viterbo Simont Zeron y mi tía Soledad Simont Zeron, fueron muy buenos floretistas y espadistas, cada uno en su propia especialidad.

 Mi abuelo Viterbo Simont Martínez, fue entrenador nacional durante bastante tiempo en México y pues, así fue que comencé haciendo florete. No había por donde escaparme –entre risas-.

TW: Tienes la doble nacionalidad, pero ¿Por qué representas a Nicaragua y no a México?

FL: Yo tiré por México hasta el año 2013. Me fui siendo primer lugar en Juvenil y en Menores de 23 años. Me fui, porque estaba estudiando en Filadelfia y no tenía dinero para ir y venir de la Universidad, entonces dejé de ir a México y ese año me tocaba asistir al Campeonato del Mundo Juvenil y no me consideraron, a pesar que estaba en el primer lugar del ranking.

Entonces, decidí dedicarme a mi carrera universitaria de esgrima en Filadelfia. Sin embargo, mi papá – Luis Largaespada Bagatella – que era nicaragüense, murió cuando yo tenía 15 años y un día antes de fallecer, le dijo a mi mamá que esperaba que mi hermano y yo pudiéramos estar algún día en el equipo nacional de Nicaragua.

Pasó el tiempo y pues, un día nos reunimos mi mamá, mi hermano y yo, y decidimos que representaríamos a Nicaragua porque era algo que mi papá hubiera querido y por lo que teníamos que hacerle honor.

No me arrepiento de representar a Nicaragua, creo que es una de las mejores decisiones que hemos tomado, más allá de lo deportivo, sobre todo por su gente.

TW: ¿Cuántas horas entrenas a diario?

FL: Normalmente entreno tres horas al día, de lunes a viernes y a veces los sábados voy a clase con mi entrenador.

TW: ¿Cuál es la dieta que llevas, tu preparación previa a las competencias?

FL: Una dieta en específico no llevo, pero si intento comer sano. Evito comer grasa, queso y pan. Como muchos vegetales y proteínas para rendir la energía.

TW: ¿Cuál es el oponente que te cuesta o te la ha puesto difícil en tus años de competencia?

FL: Cuando competía en florete, recuerdo que los combates con Alaly Hernández de México eran muy fuertes. Es muy, muy buena y la verdad que disfrutaba los combates con ella.

También me costaba mucho con la estadounidense Lee Kiefer. Allí sobran las palabras decir porque eran difíciles los combates –entre risas-.

 Tirar con gente de ese nivel, ayuda mucho al crecimiento de uno.

TW: ¿Escuchas música para entrenar?

FL: Si, escuchó bastante ‘Hip Hop’ y regeton. De verdad me gusta la música activa y movida.

 

TW: ¿Qué hobbies tienes aparte de la esgrima?

FL: Me gusta mucho estar con mis amigas y hacer cosas nuevas, como visitar lugares interesantes, como ir a museos.

Realmente me gusta ocupar el tiempo cuando lo tengo libre, aunque ahorita que estoy llevando una vida nueva de trabajar y estudiar, muchas veces me toca limpiar mi casa –entre risas-.

TW: ¿Qué sueño tiene Fátima Largaespada dentro de la esgrima?

FL: Creo que el sueño de todo esgrimista que entrena más de ocho horas a la semana, es ir a unos Juegos Olímpicos. Ese siempre ha sido mi sueño desde que tengo memoria, y sé que lo puedo lograr.

Ahorita me cambié de arma –de florete a sable- y se que para estas olimpiadas está difícil, pero para las siguientes -2024-, estoy dispuesta hacer lo que sea para lograrlo.

 

TW: ¿Qué anécdota tienes que recuerdes?

FL: Me pasó algo recientemente en los Centroamericanos en El Salvador -2018-.

 Eran mis primeros juegos con todo el equipo –Nicaragua-, y mis compañeros dijeron ‘vamos hacerles novatadas porque es su primer campeonato’. Yo estaba con mi hermano – Luis Viterbo Largaespada Simont – y dicen ‘vamos a raparlos, así que escojan una parte del cuerpo que quieran que les rapemos, las cejas o el cabello’, recuerdo que íbamos en el vehículo y de pronto escucho el sonido de una maquina de afeitar y veo que le pasan rápido por la cabeza de mi hermano y yo grito que no, resulta que era un teléfono celular con el sonido de una maquina. Allí todos nos reíamos mucho durante el camino.

TW: ¿Un momento difícil en tu vida como esgrimista?

FL: Creo que después de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla -2018-. Yo me acababa de graduar y no sabía que quería hacer con mi vida, porque no tuve los resultados que quería en los juegos.

Yo quería una medalla en florete, porque era el arma con la que estaba entrenando y era lo que hacía todos los días y no me fue como yo quería.

Luego de los juegos, hablé con mi mamá y le dije que no quería seguir.

Mi mamá me dijo que me apoyaba en la decisión que tomara. Era muy duro, ella viviendo en Texas y yo en New York, sin mi familia y sin mis amigos, entonces me quedé pensando y me acordé de los resultados que había obtenido en sable, un arma que siempre quise hacer pero nunca me dejaron practicar en mi familia.

Un día me desperté y le dije a mi mamá ‘me voy a pasar a hacer sable’, ella me preguntó que si estaba segura y le dije ‘segurísima y no tengo nada más que pensar’.

Ahora ya estoy dedicada por completo al sable junto a mi entrenador Akhi Spencer-EL.

TW: ¿Cuál ha sido el momento más feliz en tu vida como esgrimista?

FL: Mi primer año en la Universidad en Filadelfia ha sido uno de los mejores momentos. El estar en un equipo con muchas chicas que también aman el deporte, entrenan full todos los días, eso ayudó mucho a crecer el amor por el deporte.

Recuerdo que en mi primer año logré calificar a la National Collegiate Athletic Association, luego de unos asaltos bastantes fuertes durante los regionales, que me generaron algo similar al asma, pero fue algo satisfactorio porque mucha gente me decía que muy pocos logran calificar en su primer año.

Así que eso fue algo muy grande para mí y lo seguí repitiendo cada año.

 

TW: ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro en la esgrima?

FL: He tenido muchos logros que pudiera nombre pero ahora te digo que la medalla de oro que gané en el reciente Campeonato Centroamericano celebrado en El Salvador, porque la verdad yo no iba a tirar por florete.

No me preparé para eso, pero cuando llegué, el entrenador nacional William Calderón, me preguntó si iba a tirar florete y le dije que no, pero me insistió y vi que el equipo confiaba en mí, así que tiré y logré ganar el oro.

TW: ¿Cómo te levantas tras una derrota?

FL: Yo veo que en la esgrima muchas veces debes borrar las cosas de tu mente rápidamente, porque de lo contrario, te hará las cosas más difíciles. Soy de las personas que si me fue mal en un asalto, paso la página y me enfoco en lo que sigue.

Hay gente a la que le funciona enojarse y se enfocan en la derrota, yo no, yo sigo adelante para hacerlo mejor en mi siguiente combate.

TW: ¿Cuál es el entrenador o entrenadores que han marcado tu vida como atleta?

FL: Mi abuelo Viterbo Simont Martínez ha sido uno, porque fue quien me enseñó lo que sé. Toda la base, lo atlético y la estrategia de esgrima, es gracias a él.

También aprecio mucho a Nikki Franke de Temple University, mi entrenador universitario, del que aprendí bastante.

 

TW: ¿Con qué frase te identificas, filosofía de vida?

FL: Hay una frase de Rocky Balboa que la tengo colgada en mi pared que dice ‘No importa lo fuerte que puedas golpear, importa lo fuerte que la vida pueda golpearte y seguir avanzando, lo mucho que puedas resistir, y seguir adelante. ¡Eso es lo que hacen los ganadores!’.

 

La vida siempre va a poner muchas pruebas y difíciles, pero nunca hay que darse por vencidos, así estemos abajo 12-6.

F. Largaespada

 

Por Antonio Vásquez. Lic. en Comunicación Social, Periodista Redactor de Deportes. Jefe de Prensa.– Touché Editorial.

2 COMENTARIOS

  1. Fatima siempre contarás con mi apoyo, mis respetos, haz sido muy fuerte a pesar de todas las adversidades que te haz encontrado fuera de las pistas y te haz sabido levantar y seguir, no es fácil pelear con alguien fuera de las pistas y demostrar que fuera y dentro eres grande como persona, te falto decir mucho, yo se lo que batallas día a día, por eso mis respetos como persona, como la gran deportista que eres y como hija, sigue adelante que tendrás tu recompensa, te adoro

  2. Mis sinceras felicitaciones, los que hemos estado en el mundo de la esgrima sabemos lo difícil que cuesta combatir dentro y fuera de las pistas Pero ejemplos como el tuyo y el de tu familia alientan a seguir adelante.

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