La convicción por transformar a las personas a través de la esgrima y la necesidad de trabajar para el sustento de su familia, lo llevaron a compartir  desde temprana edad, sus funciones de atleta, con la de entrenador, brindando sus conocimientos a los jóvenes que se inician en la disciplina.

ToucheWorld recibe en esta ocasión en su “Sala de Maestros…” al entrenador Ernesto Ramírez Valladares, quien ha dedicado 31 años de su vida a la esgrima salvadoreña, específicamente en La Campiña, ubicada a un kilómetro de la Colonia Valladares, donde funciona la humilde escuela que lleva el nombre Club San Pedro y de la que han salido campeones nacionales y medallistas centroamericanos.

Ramírez Valladares fue atleta durante 21 años, presidió la Federación Salvadoreña de Esgrima y ahora usa sus conocimientos sobre las pedanas para la formación de destacados esgrimistas, pero sobre todo, para la transformación de buenas personas.

 

“El Club San Pedro es más que todo un proyecto educativo. Acá utilizo la esgrima como una herramienta para enseñarles a los jóvenes y niños, que todo en la vida se gana. Además de motivarlos para que busquen su desarrollo personal y sean hombres de bien para el beneficio de la sociedad y el país”, destaca Ernesto, sobre la labor que ejerce en la escuela desde hace nueve años.   

Ramírez Valladares inició en la esgrima a los 18 años de edad, mientras estudiaba secundaria, donde logró ser campeón estudiantil, mientras que en el deporte del alto rendimiento, fue miembro durante 23 años del equipo nacional y entre sus éxitos, destaca el haber sido campeón Centroamericano.

TW: ¿Cuándo decide ser entrenador?

ER: Desde un principio yo comencé a darle clase a los jovencitos por la necesidad que tenía de trabajar, ya que me casé a los 22 años y llegó mi primer hijo, entonces tenía que hacer algo, por lo que empecé a dar clase en el instituto donde estudié.

Luego me pagaron algunos cursos de maestros europeos, y así me fui desarrollando como entrenador en diferentes partes.

TW: De entrenador a federativo, ¿Por qué ese cambio?

ER: Durante mis primeras experiencias como entrenador, yo entendí que podía aportar más y cambiar la esgrima en El Salvador desde la federación, porque veía que los federativos que estaban en ese momento, lo eran solo por serlo, por estar ahí, pero no tenían proyección ni planes para fortalecer la esgrima, por lo que decidí ser federativo.

Llegué a la presidencia de la Federación Salvadoreña de Esgrima, pero lamentablemente los entrenadores no entendieron que tenían que trabajar duro para obtener grandes resultados, no había sacrificio, entonces yo entendí que sin sacrificio, no podía haber éxito, por lo que regresé a mi pueblo a dar clases de esgrima.

 

TW: ¿Actualmente, donde ejerce sus funciones como entrenador?

ER: Actualmente soy el entrenador del Club San Pedro. Soy el guía de los muchachos.

Allí entrenamos, aprendemos y disfrutamos de la esgrima de lunes a domingo.

TW: ¿Cómo equilibra sus días, entre la esgrima y la familia?

ER: He tenido una gran ventaja, porque mis hijos son esgrimistas y mi esposa ha visto los beneficios que da este deporte, por lo que ellos han entendido el tiempo que paso dando clases de esgrima.

Han entendido tanto y me apoyan tanto, que actualmente paso cuatros días en El Campo – la escuela- dando clases y tres días en casa con mi familia.

Ellos entienden el sueño que yo tengo.

 

TW: ¿Como entrenador, cuál ha sido su momento más memorable dentro de la esgrima?

ER: Creo que la satisfacción para cualquier entrenador es que un alumno gane una competencia importante, pero eso es efímero, para mí la satisfacción más grande es cambiar a una persona en su forma de pensar y que esa persona se desarrolle y triunfe en la vida.

Una satisfacción grande es ver que un alumno se gradúe de una universidad, creo que eso es una satisfacción igual o mejor que verlo ganar una medalla.

TW: ¿Un atleta al que haya formado que considere especial?

ER: Hay varios. Hay un chico de 11 años de nombre Alexis Molina, que ya ganó medalla panamericana, es doble campeón Centroamericano y actual campeón nacional y lo quiero mucho porque es bien educado, bien entendido y no da problema.

También está Krissya Molina, ella es hermana de Alexis y también es campeona nacional. Ella actualmente me está ayudando con las clases. Es una persona muy buena desde que comenzó a entrenar conmigo y ahora sigue su sueño que es el de ser maestra de esgrima.

Ricardo Peña es otro de mis alumnos que considero especial. Actualmente estudia sexto año de odontología, y también es muy educado en todo el sentido de la palabra, además de tener buenas cualidades como esgrimista.

 

TW: ¿Cómo es la relación de un entrenador con los padres y representantes del atleta?

ER: Para ser un buen atleta, en principio debe haber sincronizaciones entre alumnos-profesor y padre, porque si el padre apoya a su hijo, el hijo se desarrolla fácilmente. Así que yo como entrenador, me tengo que ganar la confianza tanto del hijo como del padre, siendo amigo, e incluso soy consejero de familia.

Así que en definitiva debe haber buena relación y comunicación del entrenador con los padres, a fin de lograr la mejor formación y educación del alumno.

TW: ¿Qué es lo más apasionante de su función como entrenador?

ER: Lo que más me apasiona es poder guiarles en la vida, porque la mayoría de los alumnos que he tenido, no se han criado con los padres, así que soy su entrenador, amigo e incluso hasta padre, porque muchos me consideran así.

TW: ¿Cuál ha sido el mayor logro durante su rol como entrenador?

ER: Transformarlos en personas de bien.

Alejarlos de la delincuencia y la vagancia, para transformarlos en personas útiles, respetuosas, inteligentes y de bien.

 

TW: ¿Cuál es su mayor sueño como entrenador?

ER: Tener alumnos que le den medallas importante al país y que la gente sepa que salió de la nada y que de la nada llegó lejos.

El otro sueño que tengo es que cuando yo muera, el proyecto continúe y por eso estoy preparando a los que me van a sustituir, así como estoy pensando en construir una sala en un terreno de mi propiedad para que cuando yo ya no esté, la sala de esgrima diga ‘es del pueblo’.

TW: ¿Qué consejo le da a un atleta que se inicia en la esgrima?

ER: Que no se rinda y que aprenda a ganar. El esgrimista debe borrar de su vocabulario las palabras ‘no puedo’.

La esgrima transformó mi forma de pensar y de ser, además que me permitió conocer a mi esposa y me dio de comer cuando yo necesitaba.

E. Ramírez Valladares.

 

Por Antonio Vásquez. Lic. en Comunicación Social, Periodista Redactor de Deportes. Jefe de Prensa.– Touché Editorial.

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