Los triunfos y derrotas siempre tienen a alguien más allá del atleta y el entrenador. Esa persona que vive, disfruta y sufre de la misma manera cada momento sobre las pedanas. En esta oportunidad ToucheWorld recibe en su sección “Mi Fan #1…” a Ernesto García, papá de la subcampeona suramericana infantil, Luciana García.

Ernesto García, nativo de la ciudad de San Estanislao, Paraguay, es un Médico Veterinario que comparte sus oficios laborales con el de apoyar de manera constante a su hija, quien desde hace poco más de un año, practica esgrima, un deporte que según manifiesta “surgió de modo casual”, ya que solo había escuchado de esgrima durante las ediciones de los Juegos Olímpicos.

“De la esgrima solía conocer solo lo que se veía en las olimpiadas. De verdad que nunca me interesó ni siquiera leer sobre la esgrima”, confiesa García, recordando el inicio de su hija en un deporte que se ha convertido en una pasión para la familia.

Hoy, Ernesto se ha convertido en el Fan #1 de Luciana, integrante del seleccionado nacional paraguayo infantil y a quien acompaña constantemente en cada competencia. “Ver la actitud y la pasión con la que Luciana sube a la pista y la seriedad con la que se toma la esgrima, nos llena de emoción y orgullo”, expresa.

 

 

TW: ¿Cuántos hijos (as) o representados tiene en la esgrima?

EG: Una sola, Luciana García. Mi hija mayor se llama Camila – García- y practicó Salto Hípico.

TW: ¿Cómo fue ese comienzo en el mundo de la esgrima?

EG: Inscribir a Luciana en esgrima surgió de modo casual, ya que su actual entrenador, Jean Pérez decidió abrir un club acá en la ciudad San Estanislao, Paraguay.

Realmente inició solo por entrenar a su hijo y algunos amigos de él, pero poco a poco se fueron sumando más niños, hasta establecer como tal el Club Santaniano de Esgrima.

 Fue así  como decidí llevar a Lucina para que Jean Pérez. Él estaba dándole clases a un grupo de niños. Ella – Luciana- no conocía nada de esgrima, solo a través de algunas fotos y videos que le mostramos días antes de comenzar.

Los primeros días no se animó mucho, pero luego probó y quedó encantada con la dinámica del deporte, al igual que el profesor Jean Pérez, a quien le gustó la actitud que mostró Luciana.

TW: ¿Por qué la esgrima y no otra disciplina?

EG: Estamos en una ciudad no muy grande, con poco más de 20 mil habitantes y no hay muchas escuelas deportivas para escoger y las que están, ya se encuentran copadas de chicos.

Ese fue uno de los aspectos por lo que decidimos la esgrima. Además que el hecho de ser la esgrima un deporte individual, nos gustó más.

TW: ¿Cómo es la relación de un padre o representante  con el entrenador?

EG: En mi caso, como ya tenía experiencia con mi hija mayor que practicó Salto Hípico, consideramos que el entrenador tiene la autoridad total sobre el atleta. Debería ser así y dejar que el entrenador actúe e interactúe con el atleta.

Así el entrenador puede instruirle lo que él conoce, porque él tiene los conocimientos. Es igual cuando uno va al médico y hay que acatar las recomendaciones que nos da porque es quien sabe, porque entonces para que pagar por un servicio específico si no se va hacer lo que corresponde.

En mi caso, soy de dejar en manos del maestro. Dejo que le enseñe completamente y siempre acompañándole a lo que necesite. Lo que yo pueda proveerle y que esté a mi alcance.

 

 

TW: ¿De qué modo cree que la esgrima trasciende en la vida de los jóvenes?

EG: Lo veo como algo sumamente importante para los jóvenes, porque al ser un deporte individual, le exige a cada atleta a que sea disciplinado, a que tenga una condición física bastante elevada, aunque no parezca.

La esgrima conlleva a que el atleta tenga una condición física bastante elevada y también mental, porque no siempre se gana y los chicos están en una edad de crecimiento y cualquier situación les puede afectar.

En el caso de me hija y algunos compañeros de ella, que ya conozco bien, les ha ayudado muchísimo en el colegio y en su vida diaria.

TW: ¿Qué es lo más apasionante para un padre o representante de un esgrimista?

EG: En mi caso, la intensidad que Luciana muestra en cada competencia y el interés que despertó en ella el deporte. Eso fue algo muy importante y llamativo para nosotros –padres- porque le acercó a un mundo totalmente desconocido.

Además de eso, me apasiona ver los valores que se le inculcan como por ejemplo la amistad y compañerismo, no solo con los niños de su club, si no con el rival, con personas de otros países. Al bajar la pedana se quitan la careta y siguen siendo los mismos amigos. Eso es muy bonito.

 

 

TW: ¿Qué cree usted que hace a la esgrima un deporte más atractivo en comparación a otros?

EG: Creo que lo que más les atrae a los chicos, es el contacto personal y directo con el que está al otro lado de la pista.

El tener el arma en la mano siendo un niño. ¿quién no jugaba siendo el zorro o cualquier otro personaje de fantasía?, entonces creo que llevar eso a la realidad y hacerlo un deporte, que también es considerado un arte, creo que eso es lo que más les atrae a ellos.

TW: ¿Cuál ha sido el mayor logro durante su rol como padre o representante de un atleta?

EG: Un logro muy importante para mí ha sido el crear una disciplina en una persona que está creciendo y aprendiendo muchas cosas.

Crear una rutina de trabajo que le conciencie a que necesita llevar ese ritmo para mantenerse en permanente entrenamiento y poder alcanzar las metas.

Ella sabe que tiene que trabajar para alcanzar los objetivos. Ella sabe que nada llega por casualidad.

Por otro lado, algo sumamente emotivo y gratificante para nosotros como padres, es verlos llegar al último punto ganador. Eso es una satisfacción única.

 

 

TW: ¿Cuál ha sido el momento más feliz durante su rol como padre o representante?

EG: Creo que hasta ahora no igualamos la sensación de traer una medalla internacional en la primera competencia que tuvo ella fuera del país.

Apenas un mes y medio después de haber iniciado en la esgrima, Luciana ganó medalla de plata en el Suramericano Infantil celebrado en Brasil durante el 2017 y de verdad que fue un orgullo enorme para nosotros.

TW: ¿Cuál es su mayor sueño como padre o representante de un esgrimista?

EG: Ver a mi hija en lo más alto que la pueda llevar este deporte. Siempre le decimos que no se deje trastornar por un tropezón que le toque. Siempre tiene que levantarse con más fuerza para triunfar.

Y el sueño más grande es verla en unas olimpiadas.

TW: ¿Qué consejo le da a un padre o representante de un atleta que comienza en la esgrima o cualquier otra disciplina?

EG: Les diría que es muy importante dejar que el instructor haga su trabajo. Que el padre, al menos que haya sido atleta y pueda aportarle algo, deje que el entrenador cumpla con sus funciones.

Que el padre deje que el entrenador tenga esa relación directa y privada con el atleta, porque muchas veces los padres nos equivocamos y cometemos errores, interfiriendo en la calidad de enseñanza.

 

En cualquier deporte hay que dejar que el atleta disfrute de lo que hace sin dejar de apoyarlos. E. García

 

Por Antonio Vásquez. Lic. en Comunicación Social, Periodista Redactor de Deportes. Jefe de Prensa.– Touché Editorial.

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