La perseverancia y disciplina han llevado al entrenador cubano de sable, Manuel Tamé Espinoza, a cosechar un sin fin de éxitos sobre las pedanas de su amada provincia de Holguín, lugar donde nació, y las pistas internacionales donde ha estado presente.

Tamé descubrió la pasión por la esgrima a los 14 años, cuando tras una lesión en la cervical como luchador, se interesó por la disciplina, un deporte que considera “formador e integrador para la sociedad”.

Sus primeros asaltos los vivió en la Escuela Provincial de Deporte en Cuba donde se destacó como atleta, obteniendo buenos resultados a nivel nacional, desempeño que hasta la fecha lo ha mantenido en el deporte, preparando y llevando a equipos nacionales a alcanzar sus primeras medallas sudamericanas, centroamericanas y panamericanas e incluso a formado atletas de talla olímpica.

TW: ¿Cómo fue el cambio de atleta a entrenador?

MT: Gracias a que me había destacado como atleta en la Escuela Provincial de Deporte, la Federación de Esgrima de la Provincia me propuso ser entrenador de sable, ya que estaban sin entrenador.

Durante mi primera experiencia, el equipo quedó de quinto lugar de catorce que compitieron.  Desde allí me di cuenta que era fácil ser entrenador, lo que había era que ser sistemático y repetitivo.

Fue así como entonces pasé a ser atleta a entrenador  en la propia Escuela Provincial de Deporte. Allí logré ser trece veces campeón nacional.

TW:¿Cuál fue el mayor logro como entrenador en su país?

MT: Haber ganado durante varios años seguidos los juegos escolares nacionales. Siendo un equipo de provincia con pocos recursos, siempre quedábamos por encima de Ciudad Bahamas, que era la potencia.  Recuerdo que en una ocasión mi equipo ganó oro sin sable y sin zapatos, ese ha sido uno de los momentos más felices de mi carrera como entrenador.

TW:¿Cómo fue su salto a la esgrima internacional?

MT: A nivel internacional comencé en 1999 en Paraguay, por medio de la Federación Paraguaya de Esgrima, a través de Pedro Cornet.

En Paraguay estuve casi seis  años trabajando. Allí pude llevar a la atleta Carmen Deutscher de nacionalidad alemana, al subcampeonato mundial en la categoría juvenil.

Entre otros logros durante mi primera experiencia como entrenador internacional, está el haber alcanzado cuatro medallas de oro y tres de plata en juegos Sudamericanos, cuando Paraguay nunca había logrado tales resultados.

TW: ¿Actualmente, donde ejerce sus funciones como entrenador?

MT: Tras finalizar los Juegos Olímpicos de Río 2016 donde estuve con el atleta Julián Ayala de México y un impase con el presidente de la Federación Mexicana de Esgrima,  me he dedicado a enseñar de manera particular  a chicos de acá de México.

TW: ¿Cómo equilibra sus días, entre la esgrima y la familia?

MT: Mi familia está en Cuba y yo los visito dos o tres veces al año, sin embargo, ahorita tuve la oportunidad de traer a mi esposa e hijo y están actualmente conmigo aquí  en México.

Mi hijo es también esgrimista, integrante de la selección nacional de Cuba. Somos una familia de atleta y eso lo ha hecho más fácil.

TW: ¿Un atleta al que haya formado que considere especial?

MT: Realmente todos mis atletas han salido buenos muchachos. Entre tantos, está Jesús Arias General, que fue integrante de la selección nacional durante muchos años. También están Yolgie Pérez, Alexander Giménez, Manuel Ernesto Tamé, Adrián Acuña Ramírez a quienes aprecio mucho.

TW: ¿Quién es el esgrimista actual del que esperas mejores resultados?

MT: Ahorita estoy trabajando en clubes privados o particulares donde estoy comenzando a levantar a varios chicos, pero te puedo nombrar algunos que a pesar que no están conmigo, fueron entrenados por mí y de quienes espero grandes cosas, como Úrsula González, Javier “Alvin” HernándezRafael Western “Fito”, Rossy Félix Lara, entre otros.

TW: ¿De qué modo cree que la esgrima trasciende en la vida de los jóvenes?

MT: La esgrima es un deporte competitivo y de consagración y eso implica mucha disciplina que a su vez la convierte en formador e integrador. La esgrima inculca diferentes valores como puntualidad y responsabilidad, entonces eso te prepara tanto para el deporte como para la vida social.

TW: ¿Qué hace a la esgrima un deporte más atractivo en comparación con otros?
MT: La esgrima es un deporte tan fino, tan elegante, que desde que usted se viste para subirse en una pista, usted se viste de blanco, lo que la hace un deporte de caballero. La esgrima te obliga a saludar a su oponente, a pedirle disculpa, a rendirle honores. Eso lo hace un deporte distinguido.

TW: ¿Qué anécdota feliz recuerda durante su trayectoria como entrenador?

MT: En los Juegos Centroamericanos de Puerto Rico, recuerdo que nos tocaba discutir la medalla de oro con Venezuela, quien tenía atletas de experiencia como Alejandra Benítez y de pronto se me acerca el entrenador de Venezuela y me dice que ya había llegado lejos y que hasta ahí me llegaba la gasolina, y yo le dije que no se apurara que mis niñas también tenían un sable en la mano, pero que si perdía yo lo felicitaba y como la cosa no se acaba hasta que se acaba, nosotros le terminamos ganando el asalto y durante la celebración me le acerqué y entre risas le dije que no se apurara y terminó felicitándome por el resultado.

TW: ¿Qué momento difícil ha tenido que atravesar como entrenador?

MT: El momento más difícil durante mi carrera ha sido el día que tuve el impase con el presidente de la Federación Mexicana de Esgrima, ya que ofendió tanto a mis atletas como a mí.

De verdad fue un momento triste porque después del gran trabajo que hice con la selección nacional de sable, la cual llevé hasta las olimpiadas e hice campeonas mundiales, el señor me sacó así como si nada y los directivos y dirigentes deportivos no hicieron nada al respecto.

TW: ¿Cuál es su mayor sueño como entrenador?  

MT: Mi mayor sueño era ir a unos Juegos Olímpicos y ya lo conseguí. Ahora mi sueño es alcanzar una medalla olímpica que es la única que me falta como entrenador.

TW: ¿Qué consejo le da a un atleta que se inicia en la esgrima?

MT: Les digo que no se desesperen, que todo campeón comienza desde abajo como lo hizo Limardo  -Rubén-, Bravo – Carlos-, entre otros de América. Todos comienzan poco a poco, poniéndole interés y disciplina. Todo está en lo que uno se proponga como atleta.

 

Por Antonio Vásquez. Lic. en Comunicación Social, Periodista Redactor de Deportes. Jefe de Prensa.– Touché Editorial.

 

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